Desde planteamientos
conceptuales, expresados mediante un lenguaje figurativo y materializado por el
ejercicio pictórico, Javier Palacios reflexiona sobre la identidad humana y la
fugacidad vital. Un trabajo impactante, no sólo por el tamaño del soporte, sino
también por lo insólito de su estilo y técnica.
La propuesta, es el resultado
de un proceso evolutivo iniciado con los retratos para continuar con la
representación de objetos. En el primero, el autor no cultiva un retrato al uso
basado en la representación de las cualidades individuales. Francamente, son
estudios fisiológicos asociados a los rasgos propios del rostro y su
significado, que analizan y registran procesos que identifican al ser humano y
su conducta: respiración, éxtasis, ausencia o tensión.
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Último Éxtasis Óleo/papel, 195x146 cm., 2012 |
El discurso conceptual lo
prolonga, en el segundo de los proyectos, con las bolsas de basura bajo el
título El Alma en el centro. De un modo metafórico y simbólico nos
remite al objeto para establecer una relación análoga con el alma: bajo un
higiénico envoltorio tiene lugar la descomposición y envejecimiento de ésta.
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Contenedor de almas Óleo/papel y tabla, 92x120 cm., 2012 |
El conjunto de su obra se
caracteriza por una técnica depurada de gran fuerza expresiva y plasticidad.
Sobre un fondo neutro construye imágenes, dominadas por el color, con una
técnica consistente en pinceladas superpuestas a base de retoques. El dibujo y
la animación complementan el proceso creativo. Una obra que no deja
indiferente.
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